dimarts, 27 de març del 2018

Antologia 2017: EMILIO MORENO

EMILIO MORENO

SANT BOI DE LLOBREGAT



En el día mundial de la poesía

Te saludo tan linda como eres,
con ese cuerpo tantas veces fino
y otras grueso rotundo con espino
deleitando mi alma con poderes

Diciéndome y hablándome de seres
que van preñados en mí y que atino
con tu acento pesado tan divino
y tú que acercas para mis placeres.

Dama del día y noche, compañera
sin reproches, mi cándida, mi lírica.
Poema con estrofa verdadera.

Experiencia vital fiebre tan crítica
hoy tu celebras, dolo que me espera.
Amante dulcinea y satírica.




Sintonía

Mi partitura no finge,
refleja gloriosas notas,
unas con otras se miman
en mi noche turbadora.
Esa obra musical
inscribe lo que no espera
es sublime y pasional,
refleja mi vida entera
El atril que inerte aguanta
soporta subordinadas
las penas que llevo dentro
sin estar justificadas.
La batuta que no para
invade toda mi calma,
mi pasión que ya no basta
por un error y una causa.
De tu cuerpo de guitarra
guardo tantas esencias,
que cuando te palpo apenas
suenas, sin mostrar carencias.
De tu alma mi violín,
que fino sostiene el ritmo
en mi mente los compases,
de la canción y tus mimos.
Ando buscando ese cuerpo
que me permita soñar,
aderezar la esperanza
y desterrar el dudar.
Tienes cuerpo de guitarra
llevas tempo y diapasón
eres melodía clara,
mi Sintonía mayor.



Dañando al verbo

“Miembras” y miembros dijo la ministra
En una falta de idioma lingüista
desde el Congreso no siendo sexista
para hacerse la culta y dejar ristra.
Diferencia de género registra,
todos y todas en error simplista
cuando no viene a cuento es clasicista
cual ignorante áspero que arbitra
Para que alargar sin causa la frase
sabiendo que no es culto ni preciso
usado por políticos sin base.
Pronunciando palabras con desfase
para hacer llegar un recado inciso
y confundir las “miembras” de la clase



Amor bordado

Sé que aun y sin ser tuyo te quiero
porque en la propiedad ya no hay dominio
y aun y así queriéndote en silencio,
sin ruidos, con el alma siempre espero.
Somos libres de un mundo placentero
de aquel que nos juntó con su bullicio,
en el mismo barbecho junto al quicio
de la vida y nos dio su fruto entero.
¡Sí! ¡Soy tuyo!. Paciente, al completo
con tus noches y días sin recelos
con tu guía robusta y yo tu objeto.
Y con tu amor bordado en los pañuelos,
de mis cielos, a lomos de un soneto,
vivimos en postreros terciopelos




Ella es así

Qué fácil es vivir calleja abajo,
cuando vibran sonrisas y te “quiero’s”
Huérfanos en disgustos. ¡Tan sinceros!
Al disfrutar de ti, siempre a destajo.
Dejándome ir sin frenos por mi atajo,
desnudando perfiles menos fieros,
confundiendo de risa los “prefiero’s”,
escondido en tu piel como espantajo.
Mezclada muy disuelta con sonrisas, 
Me quedo de tu gusto contemplando,
atado con tu hilo, a tantas prisas.
Así te amo, sin normas, volando.
Soñando cómo hueles. ¡Flores, brisas!
Sensato te acaricio, paladeando.



De mis lazos

Nunca imaginé bello sentimiento,
orgulloso y extenso entre mis brazos,
descendiente preciosa de mis lazos
que me llora y me gime con lamento.
Dudé de mi confiado entendimiento.
Murmuré por mis miedos, a codazos.
Discutí sin tenerla en mis regazos
hasta que la abracé. ¡Dios, qué momento!
Su amanecer, recuerdo, fue con gana,
haciéndose rogar al rey dichoso,
por capricho al nacer, con brillo grana.
¡Ay, hija de mi hija!, tan hermoso
encontrarme con dicha y orgulloso
abrazando y queriendo a mi niña Anna.



Viento batiente

Cual viento huracanado desgarra,
me quiebra el alma, sin hacerla añicos.
Tropieza conmigo, como individuo
Acobarda, confunde, incendia,
aparte de mi cabello escaso,
que ¡sí! arrebata, lo alborota 
y como le da la gana, desgreña.
Aire juncoso que a mis entrañas confiesa
tan falso como mis bravatas. Tan necias.
Las deja claras, sin penitencia.
Ventea mi cara sufrida cual banderín
enarbolado y firme mantiene.
Aferrado a mi peldaño, dando la frente,
resisto quizás a mi muerte vencida,
con un desaire rabioso, preñado de
dolencia irreal.
Topando mis ojos con un viento nuevo
cierra mis parpados y mis miedos
Dureza del huracán, hurtando mi alma,
cuando fui que la solté apática,
sin pretender mecerla ni acunarla.
Ahora muy grave el presagio aparece,
mezclado con la borrasca mortecina de pecado.
El tifón me expulsa y daña
sus rachas no me apetecen.
Soporto sus bocanadas atrevidas
sorteando sus ráfagas de pecado hirientes.
Son las que ofrezco irritando, impertinente.
Mi camisa desabrocha,
como lo hace el reflejo,
mostrando mi pecho
con dos gargantas míseras,
tan secas como el afluente
del infierno.



Silencio

No se disfrazó en Carnaval.
Encubriendo sus tristes celos.
Nadie la reconoció con su disfraz
ni siquiera cambió de atuendo.
Quién la podía esperar
en tono carnavalesco.
Cabellos del mismo árbol,
arbusto del mismo sello,
atavíos que son capaces
de imaginar sufrimiento,
distrayendo sus penurias
que volverán por supuesto.
No me dijiste que me tocaba.
Tú me elegiste a dedo.
Qué daño puedo haber hecho,
no es mi turno, por supuesto.
¡Vienes demasiado pronto!
¿Ya no tengo aplazamiento?
Si fueras dulce y quisieras
regalarme un deseo.
Te prometo que más tarde
¡después!
Cuando pase el tiempo,
puedes venir a cobrarte
todo lo que te debo.
¡Deja a ver si te entiendo!
¡Claro no serías!
Mi ruina.
Por supuesto.


© Emilio Moreno Delgado

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